A lo largo de estas sesiones consideraremos los problemas de naturaleza física, originados en el sistema locomotriz o causados por la fatiga y la tensión. Mi propuesta personal es compartir algunas ideas claves sobre las bases posturales, a partir de las cuales desarrollaremos unas prácticas diseñadas para incidir en la especificidad del instrumento así cómo en los hábitos personales de cada intérprete.
Este trabajo se estructura entorno los siguientes ejes físicos:
La conciencia respiratoria como elemento fundamental en común para todos instrumentistas y cantantes. De ella depende el ataque del sonido y la capacidad de recuperar el estado de calma previo a la hora de actuar así como la posibilidad de extender la emisión, especialmente para todo instrumentista de viento y los cantantes.
Un elemento fundamental para un músico es la verticalidad. En primer lugar es necesario observar los elementos que la disturban; por ejemplo el apoyo de los pies, muy importante para los instrumentos simétricos.
Otro aspecto que altera la verticalidad es el soporte lumbar, ya que dependiendo de cuál sea la postura la carga lumbar siempre condiciona el movimientodiafragmático y por tanto la respiración.
Otra zona que suele presentar tensiones y desequilibrios que afectan prácticamente a todos los pianistas y teclistas, así como a los violinistas, es la cintura escapular: omóplatos y cintura escapular son importantes porque el gesto de contracción al abrazar el instrumento, con las escápulas rotadas hacía afuera constantemente (violín, saxo o piano) puede llegar a encorvar la zona superior del cuerpo, debiendo trabajarse la corrección de la cifosis dorsal, algo que también se da frecuentemente entre muchos batería.
Otro elemento a estudiar es el cuello, por ejemplo en los flautistas y en los violines, porque a la vez que mantienen el gesto de abrazar el instrumento, mantienen una tensión lateral. En estos casos es importante reforzar la cintura escapular y la musculatura lateral del cuello, así como estirarla y relajarla profundamente.
Algo bastante común entre los que se dedican profesionalmente a la música es el abandono casi total de la musculatura abdominal. Esta carencia de tono muscular abdominal desprotege las lumbares y no permite alinear la espalda al faltar el soporte. Los músicos de viento, por ejemplo, aunque adquieran duración en la emisión, adolecen del soporte muscular necesario y por eso se resienten de estrés.
Otro elemento básico es el tejido elástico respiratorio, que es el que queda entre el pulmón y las costillas en las fascias respiratorias. En general los músicos tienen buena capacidad alveolar pero poco recorrido del tejido elástico, al no potenciar paralelamente el ejercicio aeróbico.
La prevención y el autoconocimiento del propio cuerpo con respecto a sus capacidades, limitaciones y riesgos, en diálogo con las funciones que la ejecución de nuestro instrumento nos demanda, son los dos aspectos más importantes de este trabajo. En definitiva, a través de estas sesiones intentamos facilitar a cada intérprete unas referencias prácticas de las que pueda apropiarse en su quehacer diario, ya que será el trabajo individual bien dirigido, tanto a nivel técnico musical cómo a nivel físico, el que construya una base solida que garantizará al intérprete un camino con horizonte y duradero.