Canto armónico.
El cuerpo etéreo de la voz. Imaginad el efecto del arcoíris o de la luz que se refracta en un prisma. Los armónicos vocales son el correspondiente sonoro de este efecto: cada sonido emitido por la voz, que según la altura toma el nombre de una nota, va acompañado de infinidad de sonidos imperceptibles, precisamente los armónicos, sonidos más agudos o más graves del sonido percibido, y con esto en una relación matemática de frecuencia. El conocimiento de los armónicos ofrece un placer extraordinario. Aprender a utilizarlos es menos difícil de los que pudiera parecer, pero es necesario el éxito de un recorrido interior personal. Los armónicos “abrirán” al principio vuestro oído a nuevas sugestiones, para después modificar vuestra voz y conduciros a un camino de consciencia más profundo.